
El 23 de abril de 2025, en la vibrante ciudad de Buenos Aires, Argentina, la iglesia local se reunió para su servicio matutino, un encuentro que trascendió fronteras con la ferviente participación de miembros de la hermana nación uruguaya. La lectura bíblica central giró en torno a Salmos 111:10 y el pasaje de Éxodo 1:1-17, sembrando profundas reflexiones en los corazones de los presentes.
El mensaje pastoral resonó con la poderosa premisa de que «70 pueden cambiar una nación», desglosando versículos clave que instaron a comprender las estrategias del adversario y la vital necesidad de cultivar una vida llena de gracia, sabiduría y amor divino. La exhortación a enseñar diligentemente la Palabra, recordando que la mayor sabiduría reside en el temor reverente de Dios y en el buen manejo de las relaciones interpersonales, conmovió profundamente a la congregación, consciente de la responsabilidad inherente a transmitir estas verdades.
Un momento particularmente significativo del servicio fue el tiempo dedicado a la oración, cuyo primer tema se centró en el arrepentimiento profundo y genuino. En este espacio de reflexión espiritual, los miembros uruguayos presentes experimentaron una notable efusión de la gracia divina. El ambiente se hizo palpable con una reflexión sincera, permitiendo que la guía de Dios se manifestara en sus vidas de una manera particular, brindándoles la fuerza y la gracia necesarias para afrontar el día. La conexión espiritual entre los hermanos y hermanas de ambas naciones se fortaleció en este acto de humildad y búsqueda de la presencia del Señor, demostrando la unidad que trasciende las fronteras geográficas.
La enseñanza impartida durante el servicio de la mañana enfatizó la trascendencia de las acciones individuales, advirtiendo sobre cómo lo que uno hace puede ser replicado por otros, con el riesgo de ser malinterpretado y llevado por caminos equivocados, como se infiere de la reflexión sobre Éxodo 1:22 y la advertencia del versículo 17. Esta conciencia de la influencia personal añadió un matiz de seriedad al llamado a vivir vidas que reflejen verdaderamente los principios bíblicos. La participación activa y receptiva de los miembros uruguayos enriqueció la reunión, brindando una valiosa perspectiva y fortaleciendo los lazos de fe y comunidad entre ambas naciones.
Esta reunión matutina en Buenos Aires, marcada por la significativa presencia de hermanos y hermanas uruguayos, es un testimonio de la unidad del cuerpo de Cristo y la búsqueda constante del crecimiento espiritual. La profunda reflexión sobre las Escrituras, el clamor por un sincero arrepentimiento y la recepción de la gracia divina infunden esperanza y renuevan el compromiso de vivir conforme a la voluntad de Dios. Ser conscientes de la influencia de nuestras acciones nos impulsa a buscar la sabiduría y el amor divino para ser agentes de transformación en nuestros respectivos contextos.
«¡Cuán bueno y cuán delicioso es que el pueblo de Dios viva unido y en armonía!» (Salmo 133:1 NVI)